El ser humano por naturaleza se resiste al cambio porque le da miedo correr ciertos riesgos, piensa que no necesita mejorar, o cree que es así y le es imposible cambiar. pero vivimos en un mundo en el cual el cambio es constante; por esta razón debemos ser flexibles y adecuarnos a las circunstancias y ambientes pero teniendo muy claro no ceder en nuestros principios.
En las sociedades dinámicas las personas son de mente abierta dispuestas a realizar los cambios necesarios en determinada situación, atentos a las nuevas ideas teniendo en cuenta que no todo cambio es progreso solo aquel que lleva mejor o mas rápido al fin que se persigue.